martes, 10 de julio de 2012

(Salvajes)Hombre de Ojos Tristes- Comentario

Un hombre asfixiado por el calor del tren en el que viene viajando, desciende impulsivamente para tomar agua. No consigue, se ahoga, siente que no puede dar un paso más. Casi se desmaya, necesita beber... agua, vino, soda, lo que sea para calmar la garganta que se resquebraja. Cada segundo es peor, y de repente, la aparente salvación: los hermanos Flick. Dos hombrecillos, que se mueven en combo, dos piezas de ajedrez que parecen ser impulsadas por una dialéctica siniestra. Un arriba y un abajo, una complementariedad de hermanos que parecen ser la salvación de la lucha interna contra la necesidad más básica.
Sin embargo, estos topos verborrágicos tienen otro esquema pensado para el viajante. A través de un laberinto discursivo y tortuorio lo confundirán conduciéndolo hasta los brazos de mujer vestida de rojo, que lo único que tiene para ofrecerle es soledad, angustia, y un poco de agua intoxicada de la plancha.

(Salvajes)Hombre de Ojos Tristes se basa en la obra del actor y escritor austríaco Händl Klaus. Dirigida por Ernesto Martínez Correa y Lourdes Rodríguez Santaella, esta pieza se centra en la madre de todas las ciencias sociales, la filosofía. Desde el comienzo, el espectador no deja de preguntarse por los estados anímicos por los que transita el protagonista de un infierno que no solo tiene que ver con lo externo, sino con una reflexión hacia la introspectiva. Los deseos son sentenciados por la necesidad, para el personaje no hay un cuestionamiento filosófico consciente, el mismo se va construyendo en la mente del espectador. Gunther se deja llevar como un pañuelo por el contexto que lo rodea, intenta escaparse, para luego volver a caer en las garras de la verborragia absoluta. La interpretación de los hermanos Flick de mano de Gonzalia y Gilmore, nos adentra en ese sube y baja de la mente. Los miedos y la hipocondría lo meterán por momentos en su rol de médico. Sin embargo, terminamos viendo un hombre que en su desesperación, transita por todos los sentimientos de alguien que está al borde del abismo.

Teatro Austríaco en Buenos Aires, Capital Federal

Una puesta sencilla pero intrigante nos recibe en esta estación de tren que se convierte en casa de familia y en  terapia intensiva. Intepretaciones correctas. Destacables: Gonzalia y Gilmore.
El frío intenso de la sala, contrarresta con el calor agobiante que sufren los personajes. Una puesta de luces, rara...
Una obra para repensar y cuestionarse desde lo más íntimo.

(Salvajes) Hombre de ojos tristes
Viernes 23 hs.
Espacio cultural Pata de GansoZelaya 3122

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